domingo, 15 de noviembre de 2009

EL KARATE, UN CAMINO

La evolución del Karate como arte marcial hacia el deporte se ha apoyado en dos grandes pilares. En primer lugar, en el ámbito deportivo, mediante las normas y reglas de juego. En segundo lugar, en el marcial, mediante el afianzamiento e introducción de los principios ancestralmente marciales que se han mantenido a lo largo de los tiempos durante la práctica del Kárate.
En el plano meramente deportivo, el Karate es foco de desarrollo máximo de principios básicos del desarrollo de habilidades básicas y destrezas motrices fundamentales para el correcto crecimiento integral del niño, abarcando conceptos tan fundamentales como el desarrollo de la lateralidad, adquisición del esquema corporal, crecimiento del yo interno y relación con el entorno, etc. Dentro del marco deportivo, es la competición uno de los factores que pudieran beneficiar la tan ansiada búsqueda del crecimiento ideal del individuo.
Con la práctica del Karate podemos alcanzar estos objetivos:
·Afán de superación y crecimiento personal, donde la autoestima y confianza en sí mismo sean ejes de su formación individual.
·Favorecer la competitividad en un medio en el que los valores de sacrificio, responsabilidad y esfuerzo sean desarrollados para alcanzar objetivos y metas planteadas.
·Desarrollar aptitudes y actitudes individuales y colectivas de acuerdo a su edad biológica y a sus posibilidades y limitaciones.
·Adquirir herramientas para la mejora y afianzamiento de relaciones socio-afectivas entre semejantes.
·Perfeccionar actitudes de atención y concentración que ayuden en las actividades lectivas de sus colegios.
·Dotar al niño del marco ideal, el deportivo, en el que su personalidad se desarrolle con las mejores garantías de éxito.
Los beneficios de la práctica del Karate en el niño se vislumbran tanto en el ámbito psicológico como en el físico, fruto de la práctica deportiva, cuya metodología ha sido seleccionada y adaptada a las características evolutivas y de desarrollo propias de cada etapa: infantil y adolescente. Entre los diversos beneficios físicos obtenidos podemos indicar:
·Fuerza en cada una de las técnicas realizadas
·Coordinación y equilibrio, así como correcta distribución de las cargas en las posiciones propias de la práctica del Karate.
·Velocidad de reacción y de ejecución.
·Respiración adecuada en relación a la técnica efectuada.
·Interpretación y ejecución real correcta de los movimientos que favorezcan la dinámica gestual del individuo.
·Mejora de la orientación espacio-temporal que permite al individuo asentarse en el momento y en el lugar.
Como arte marcial que es, la marcialidad debe estar presente en cada uno de los actos del ejecutante, comenzando por el saludo inicial, en el que la cortesía y el respeto deben ser mostrados en todo momento. No son admisibles todas aquellas actitudes que atenten contra los valores fundamentales en los que está sustentado el Karate, arte marcial cuyo origen oriental le ha dotado de un carácter propio y único, y que mediante el fomento de las actitudes formales que conlleva ha favorecido en la formación de la personalidad de millones de niños y adultos a lo largo de su historia.
En resumen, el Karate, un deporte, un arte marcial, un medio de vida, un camino para crecer y mejorar, una vía de desarrollo personal y, por supuesto, un medio más para alcanzar la felicidad.

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